Este fin de semana hemos celebrado el cumpleaños de mi sobrino Shotaro. Tres añazos ha hecho ya (bueno, los hará pasado mañana). Es increíble como pasa el tiempo. En el blog no pongo fotos del crío, pero ahí va la tarta con un Pikachu, como mandan los cánones.
Tarta de cumpleaños, con Pikachu
Previamente nos habíamos puesto como el Kiko. Ahí va una foto de la mesa antes de sentarnos a zampar:
La mesa, antes de empezar
Teníamos sushi, karaage (pollo frito), ensalada, sopa de verdura con salchichas... y cervezita Asahi para mi, que soy el único que pimpla en esta familia (mi cuñado tenía que conducir después).
Vamos, que entre como he comido, los dos botes de cerveza que me he bebido, y que en la tele daban béisbol, me he echado una siesta en el sofá que no me ha sangrado la oreja de milagro...
domingo, 24 de abril de 2011
jueves, 21 de abril de 2011
OKINAWA (XI) - ÚLTIMO DÍA
Nuestro último día en Okinawa amaneció lloviendo. El sol no se asomó prácticamente nunca desde que llegamos, y así seguiría. Durante el día chispeó, pero no fue nada serio. Como nos volvíamos esa tarde, echamos la maleta al coche y nos dirigimos a Naha. La idea era ver un poco la capital y estar cerca del aeropuerto para cuando tocara volverse.
De camino nos encontramos con una carrera popular que nos hizo desviarnos un poco de lo que nos indicaba el GPS del coche. No eran pocos los que corrían, no...
Carrera popular de camino a Naha
Una vez llegamos nos dedicamos a curiosear entre las tiendas de recuerdos, de ropa militar procedente de las bases americanas (sobre todo usada), etc. Una cosa que me llamó la atención fueron la cantidad de frascos con serpientes metidas en alcohol que había en las tiendas. Parece ser que esto viene de la medicina china, y beber estos mejunjes dan virilidad. Yo, como soy de Chueca, pasé... cada frasco era un dinero, ¿eh?
Frascos con serpientes en alcohol
Luego nos perdimos un poco por un mercado de por allí. Mucho producto del mar y pocas fotos buenas.
Langostas y unos moluscos enormes, todo vivo...
También nos encontramos con una caja de Dragon Fruits, fruta a la que dediqué una entrada en el blog hace algún tiempo.
Dragon Fruits
Además, pude cumplir un sueño que tenía cuando chaval: probar la caña de azúcar. En una tienda del mercado te la preparaban para beber en el momento. La senora trituraba las cañas en una máquina y te servía el jugo en un vaso.
La señora triturando la caña
Estado de la caña después de pasar por el aparato
Resultado del proceso
La verdad es que el juguillo (que compartimos) estaba bien rico. También compramos un paquete de caña preparada para masticar (le quitan la parte de fuera). En este caso el proceso es el mismo que con la máquina, pero lo haces con los dientes. El jugo de la máquina es más recomendable.
Caña de azúcar lista para masticar
Era como masticar los lapiceros del cole, pero mucho más dulce y jugoso, dónde va a parar.
De camino nos encontramos con una carrera popular que nos hizo desviarnos un poco de lo que nos indicaba el GPS del coche. No eran pocos los que corrían, no...
Carrera popular de camino a Naha
Una vez llegamos nos dedicamos a curiosear entre las tiendas de recuerdos, de ropa militar procedente de las bases americanas (sobre todo usada), etc. Una cosa que me llamó la atención fueron la cantidad de frascos con serpientes metidas en alcohol que había en las tiendas. Parece ser que esto viene de la medicina china, y beber estos mejunjes dan virilidad. Yo, como soy de Chueca, pasé... cada frasco era un dinero, ¿eh?
Frascos con serpientes en alcohol
Luego nos perdimos un poco por un mercado de por allí. Mucho producto del mar y pocas fotos buenas.
Langostas y unos moluscos enormes, todo vivo...
También nos encontramos con una caja de Dragon Fruits, fruta a la que dediqué una entrada en el blog hace algún tiempo.
Dragon Fruits
Además, pude cumplir un sueño que tenía cuando chaval: probar la caña de azúcar. En una tienda del mercado te la preparaban para beber en el momento. La senora trituraba las cañas en una máquina y te servía el jugo en un vaso.
La señora triturando la caña
Estado de la caña después de pasar por el aparato
Resultado del proceso
La verdad es que el juguillo (que compartimos) estaba bien rico. También compramos un paquete de caña preparada para masticar (le quitan la parte de fuera). En este caso el proceso es el mismo que con la máquina, pero lo haces con los dientes. El jugo de la máquina es más recomendable.
Caña de azúcar lista para masticar
Era como masticar los lapiceros del cole, pero mucho más dulce y jugoso, dónde va a parar.
miércoles, 20 de abril de 2011
OKINAWA (X) - EL CABO HEDO
Después de la paliza que nos dimos con el kayak, no teníamos el cuerpo para muchos trotes. Así que tomamos la carretera de la costa y nos fuimos a la parte más al norte de la isla: el cabo Hedo. Por el camino hicimos alguna parada, como esta, para ver las vistas.
Vistas de camino al cabo Hedo
Cuando llegamos, nos encontramos con una zona muy escarpada, donde las rocas sobresalen entre la densa vegetación. Parece ser que a esta zona huyeron numerosas familias para protegerse de los bombardeos durante la batalla de Okinawa, que mencioné el otro día.
Vista desde el cabo Hedo
Como siempre, el tiempo no era demasiado bueno. Por lo menos no llovía (aún), pero el mar estaba bastante oscuro, y golpeaba con fuerza contra la rompiente.
Rompiente
En lo alto del promontorio había un poste, con la leyenda "Que la paz prevalezca en la tierra". Estaba en escrito en inglés y en japonés.
May Peace Prevail On Earth
Lo que no me esperaba cuando rodeé el poste era encontrármelo escrito también en Español, ¡pero ahí estaba!. También en gabacho, por si acaso... aunque eso no lo saqué en la foto.
Que la Paz Prevalezca en la Tierra
No es mal mensaje para cerrar una entrada del blog. ¡Hasta mañana!
Vistas de camino al cabo Hedo
Cuando llegamos, nos encontramos con una zona muy escarpada, donde las rocas sobresalen entre la densa vegetación. Parece ser que a esta zona huyeron numerosas familias para protegerse de los bombardeos durante la batalla de Okinawa, que mencioné el otro día.
Vista desde el cabo Hedo
Como siempre, el tiempo no era demasiado bueno. Por lo menos no llovía (aún), pero el mar estaba bastante oscuro, y golpeaba con fuerza contra la rompiente.
Rompiente
En lo alto del promontorio había un poste, con la leyenda "Que la paz prevalezca en la tierra". Estaba en escrito en inglés y en japonés.
May Peace Prevail On Earth
Lo que no me esperaba cuando rodeé el poste era encontrármelo escrito también en Español, ¡pero ahí estaba!. También en gabacho, por si acaso... aunque eso no lo saqué en la foto.
Que la Paz Prevalezca en la Tierra
No es mal mensaje para cerrar una entrada del blog. ¡Hasta mañana!
lunes, 18 de abril de 2011
LOS CEREZOS DEL BARRIO
El otro día publicaba una entrada acerca de los cerezos que habíamos ido a ver al templo Kiyomizu, en Kyoto. Me preocupaba dar la impresión de que los cerezos son una cosa localizada solo en ciertas partes, como pasa en España. Aunque hay lugares especialmente bonitos por la cantidad de cerezos, por lo tupido de sus copas o por el entorno en el que se encuentran, la verdad es que en Japón hay cerezos por todas partes.
De ahí que me echase a la calle, armado de cámara y bicicleta, para hacer unas fotos de los cerezos que hay cerca de casa, en el barrio donde vivo. Ninguno está a más de tres minutos en bici de casa. La idea no fue mala, porque el mismo día hizo un viento que nos dejó a los cerezos un poco más desnudos, hasta el año que viene. El entorno no es lo mismo que Kiyomizu, pero vaya, tampoco está mal...
Un cerezo llorón
Este parque, con un pequeño lago, está al lado de la estación
Otra vista del mismo parque
El mismo parque, una vez más
Lo izquierda es una red que evita que se vayan fuera del colegio las pelotas de béisbol
Este es un parque infantil, distinto del parque con lago que hemos visto antes
Una de las casas del barrio, con un señor cerezo en el jardín
En este estacionamiento ya se amontonaban los pétalos de las flores caídas
Y con esta entrada parece que nos vamos despidiendo de los cerezos... hasta el año que viene...
De ahí que me echase a la calle, armado de cámara y bicicleta, para hacer unas fotos de los cerezos que hay cerca de casa, en el barrio donde vivo. Ninguno está a más de tres minutos en bici de casa. La idea no fue mala, porque el mismo día hizo un viento que nos dejó a los cerezos un poco más desnudos, hasta el año que viene. El entorno no es lo mismo que Kiyomizu, pero vaya, tampoco está mal...
Un cerezo llorón
Este parque, con un pequeño lago, está al lado de la estación
Otra vista del mismo parque
El mismo parque, una vez más
Lo izquierda es una red que evita que se vayan fuera del colegio las pelotas de béisbol
Este es un parque infantil, distinto del parque con lago que hemos visto antes
Una de las casas del barrio, con un señor cerezo en el jardín
En este estacionamiento ya se amontonaban los pétalos de las flores caídas
Y con esta entrada parece que nos vamos despidiendo de los cerezos... hasta el año que viene...
jueves, 14 de abril de 2011
OKINAWA (IX) - KAYAK
En nuestro tercer día en Okinawa nos fuimos a hacer una excursión en kayak. Nos fuimos a la parte norte de la isla donde, según nos enteramos luego, intentan florecer económicamente mediante este tipo de empresas, ya que la población abandona la zona para ir a sitios más poblados.
Embarcación que compartí con mi señora
Después de unas rápidas lecciones (era nuestra primera vez) nos pusimos en marcha. Nuestro instructor (y guía) era un tío bien salao.
Nuestro instructor y guía
El embarcadero está cerca de la desembocadura del río al mar. Nosotros nos pusimos en marcha río arriba, para visitar el manglar típico de esa zona. El que no sepa lo que es un manglar puede hacer los deberes aquí. Tranquilo, que te esperamos.
Por aquí subiríamos, chino chano, río arriba
El fenómeno que teníamos por guía, ya amigo a esas alturas, nos contó muchas cosas muy interesantes sobre los manglares. Algunas se me deben haber olvidado ya, pero de otras me acuerdo. Lo bueno es que lo vimos en directo, y gracias a la canoa lo pudimos tocar, literalmente.
Una zona no muy densa, pero que permite ver las raíces cuando el agua se había retirado un poco
Una de las cosas curiosas era la flor y semilla de la planta. Más que semilla, semillón. Parece que en el agua toma una posición vertical, buscando el mejor sitio y condiciones para enganchar y hacer brotar un nuevo mangle.
Flor y supersemilla del mangle
Los manglares son una protección natural contra los tifones y los maremotos. Nos contaba nuestro guía que, en tiempos, era muy típico meterse en el manglar hasta que pasara el tifón. Hoy día las viviendas son mucha más seguras que entonces. También son buenos descontaminadores del medio, y zonas de mucha biodiversidad.
Un caracolillo que nos encontramos en nuestra visita
Tampoco se me olvida el tacto del barro entre las raices de los mangles. Muy diferente al lecho del centro del río, y con una consistencia que os podréis imaginar al ver la foto.
El barro entre las raíces del manglar
El agua del mar fluye río arriba con las mareas, así que la salinidad es muy alta. Ninguna planta "normal" viviría con esa cantidad de sal, pero los mangles han creado un sistema para defenderse. Parece ser que acumulan el exceso de sal en algunas hojas, que acaban por amarillear y caer, salvando al resto de la planta.
Hoja amarilla por la sal
Venían con nosotros, como compañeros de "expedición" un padre con su hija e hijo. Estaban en Okinawa celebrando el 60 cumpleaños del padre, y la madre declinó el tema canoa. Solo hicieron la excursión por la zona de manglar, pero Hitomi y yo quisimos alargar y salir al mar hasta el arrecife.
Nuestros compañeros de expedición, atendiendo al guía
Nos hizo un día nubladillo, pero de los mejores que tuvimos ese fin de semana (al menos no llovía). Lo malo es que en las fotos no se puede apreciar el azul verdoso del agua, que en vivo se intuía. En verano esto tiene que ser una pasada.
Aprovechando un descansito para contarnos alguna cosa
La salida al arrecife fue dura, mucho mas que dar paladas en el tranquilo río. Salimos bastante lejos, hasta el arrecife, justo donde el mar empieza ganar profundidad y se pone de color oscuro, casi negro. No hicimos muchas fotos, pero alguna de los habitantes de las rocas si hicimos. Nada escapaba a los ojos y la curiosidad de nuestro guía.
Una concha marina con su habitante, a los que devolvimos al mar inmediatamente
Como la cámara era sumergible podíamos meter la mano en el agua y ver que sacábamos. Sin apuntar era complicado, y el movimiento de la canoa tampoco ayudaba mucho. Pero algunos pececillos azules entre los corales si que pudimos "cazar"
Pececillos entre los corales
Cuando volvimos, la marea había bajado tanto que nos costó llegar al embarcadero, a pesar de que las canoas tienen muy poco fondo. A esa hora, subir hacia el manglar en canoa era imposible. Entonces, ya en el club, llego una de las mejores experiencias del día: la ducha caliente antes de volvernos.
Embarcación que compartí con mi señora
Después de unas rápidas lecciones (era nuestra primera vez) nos pusimos en marcha. Nuestro instructor (y guía) era un tío bien salao.
Nuestro instructor y guía
El embarcadero está cerca de la desembocadura del río al mar. Nosotros nos pusimos en marcha río arriba, para visitar el manglar típico de esa zona. El que no sepa lo que es un manglar puede hacer los deberes aquí. Tranquilo, que te esperamos.
Por aquí subiríamos, chino chano, río arriba
El fenómeno que teníamos por guía, ya amigo a esas alturas, nos contó muchas cosas muy interesantes sobre los manglares. Algunas se me deben haber olvidado ya, pero de otras me acuerdo. Lo bueno es que lo vimos en directo, y gracias a la canoa lo pudimos tocar, literalmente.
Una zona no muy densa, pero que permite ver las raíces cuando el agua se había retirado un poco
Una de las cosas curiosas era la flor y semilla de la planta. Más que semilla, semillón. Parece que en el agua toma una posición vertical, buscando el mejor sitio y condiciones para enganchar y hacer brotar un nuevo mangle.
Flor y supersemilla del mangle
Los manglares son una protección natural contra los tifones y los maremotos. Nos contaba nuestro guía que, en tiempos, era muy típico meterse en el manglar hasta que pasara el tifón. Hoy día las viviendas son mucha más seguras que entonces. También son buenos descontaminadores del medio, y zonas de mucha biodiversidad.
Un caracolillo que nos encontramos en nuestra visita
Tampoco se me olvida el tacto del barro entre las raices de los mangles. Muy diferente al lecho del centro del río, y con una consistencia que os podréis imaginar al ver la foto.
El barro entre las raíces del manglar
El agua del mar fluye río arriba con las mareas, así que la salinidad es muy alta. Ninguna planta "normal" viviría con esa cantidad de sal, pero los mangles han creado un sistema para defenderse. Parece ser que acumulan el exceso de sal en algunas hojas, que acaban por amarillear y caer, salvando al resto de la planta.
Hoja amarilla por la sal
Venían con nosotros, como compañeros de "expedición" un padre con su hija e hijo. Estaban en Okinawa celebrando el 60 cumpleaños del padre, y la madre declinó el tema canoa. Solo hicieron la excursión por la zona de manglar, pero Hitomi y yo quisimos alargar y salir al mar hasta el arrecife.
Nuestros compañeros de expedición, atendiendo al guía
Nos hizo un día nubladillo, pero de los mejores que tuvimos ese fin de semana (al menos no llovía). Lo malo es que en las fotos no se puede apreciar el azul verdoso del agua, que en vivo se intuía. En verano esto tiene que ser una pasada.
Aprovechando un descansito para contarnos alguna cosa
La salida al arrecife fue dura, mucho mas que dar paladas en el tranquilo río. Salimos bastante lejos, hasta el arrecife, justo donde el mar empieza ganar profundidad y se pone de color oscuro, casi negro. No hicimos muchas fotos, pero alguna de los habitantes de las rocas si hicimos. Nada escapaba a los ojos y la curiosidad de nuestro guía.
Una concha marina con su habitante, a los que devolvimos al mar inmediatamente
Como la cámara era sumergible podíamos meter la mano en el agua y ver que sacábamos. Sin apuntar era complicado, y el movimiento de la canoa tampoco ayudaba mucho. Pero algunos pececillos azules entre los corales si que pudimos "cazar"
Pececillos entre los corales
Cuando volvimos, la marea había bajado tanto que nos costó llegar al embarcadero, a pesar de que las canoas tienen muy poco fondo. A esa hora, subir hacia el manglar en canoa era imposible. Entonces, ya en el club, llego una de las mejores experiencias del día: la ducha caliente antes de volvernos.
miércoles, 13 de abril de 2011
OKINAWA (VIII) - AMERICAN VILLAGE
Ya contaba en la entrada del Museo de la Paz, otra de las de la serie dediccada a Okinawa, que Estados unidos tomo el control de estas islas al finalizar la II Guerra Mundial, y que no las devolvió a Japón hasta 1972. ¡Eso son 27 años después de acabar la guerra!
Las razón primordial para esto, según yo lo entiendo, es disponer de una base en esta zona de Asia que les serviría muy bien en guerras posteriores, como las de Korea y Vietnam. Los derechos de los habitantes de Okinawa, una vez más, estaban comprometidos.
Se produjeron expropiaciones de tierras en los lugares en los que a las fuerzas de ocupación les pareció mejor. Aunque el control político de la isla se devolvió a Japón en 1972, las enormes bases americanas siguen allí, e incluso motivaron la dimisión del primer ministro Hatoyama hace poco (se comprometió a obtener un plan de relocalización de las bases en un plazo determinado y no lo consiguió).
Estas bases provocan incongruencias tales como que, para hacernos con el coche de alquiler a nuestra llegada a Naha, haya que tomar un autobús (gentileza de la compañía de alquiler) para llegar a la zona de recogida de los coches. Esto es porque la zona alrededor del aeropuerto es zona militar en gran parte.
En otro orden de cosas, hay zonas muy americanizadas, como la zona donde cenamos nuestro segundo día en Japón, "American Village".
Noria en American Village
Es una zona en la que hay varios locales de ocio, restaurantes y tiendas al estilo americano. Se ven muchos americanos por allí, y sus coches son fácilmente distinguibles porque llevan una matrícula distinta. Aquí aprovechamos para cenar, en este puesto de hamburguesas:
Aquí cayó la cena
Fue el final de un día muy largo, donde estuvimos en la Casa Nakamura, en el palacio Shurijó, en el Museo de la Paz, y en una fábrica de vídrio típica de Oklinawa. Ya era hora de retirarse al hotel. La actividad del día siguiente requería estar descansados.
Las razón primordial para esto, según yo lo entiendo, es disponer de una base en esta zona de Asia que les serviría muy bien en guerras posteriores, como las de Korea y Vietnam. Los derechos de los habitantes de Okinawa, una vez más, estaban comprometidos.
Se produjeron expropiaciones de tierras en los lugares en los que a las fuerzas de ocupación les pareció mejor. Aunque el control político de la isla se devolvió a Japón en 1972, las enormes bases americanas siguen allí, e incluso motivaron la dimisión del primer ministro Hatoyama hace poco (se comprometió a obtener un plan de relocalización de las bases en un plazo determinado y no lo consiguió).
Estas bases provocan incongruencias tales como que, para hacernos con el coche de alquiler a nuestra llegada a Naha, haya que tomar un autobús (gentileza de la compañía de alquiler) para llegar a la zona de recogida de los coches. Esto es porque la zona alrededor del aeropuerto es zona militar en gran parte.
En otro orden de cosas, hay zonas muy americanizadas, como la zona donde cenamos nuestro segundo día en Japón, "American Village".
Noria en American Village
Es una zona en la que hay varios locales de ocio, restaurantes y tiendas al estilo americano. Se ven muchos americanos por allí, y sus coches son fácilmente distinguibles porque llevan una matrícula distinta. Aquí aprovechamos para cenar, en este puesto de hamburguesas:
Aquí cayó la cena
Fue el final de un día muy largo, donde estuvimos en la Casa Nakamura, en el palacio Shurijó, en el Museo de la Paz, y en una fábrica de vídrio típica de Oklinawa. Ya era hora de retirarse al hotel. La actividad del día siguiente requería estar descansados.
martes, 12 de abril de 2011
OKINAWA (VII) - FÁBRICA DE VIDRIO
Con la llegada del ejército americano en la II Guerra Mundial, llegaron a Okinawa bastantes cosas. Una de ellas, las botellas de refrescos. No era época de cartón o plástico. Era la época de los botellines. Rápidamente se convirtió en un problema, al que puso solución la industria local, estableciendo una producción de artículos de cristal que reciclaba aquellas botellas. Estuvimos viendo una de estas fábricas.
Por allí andaban los operarios calentando el vidrio y haciendo sus piezas.
Calentando el vidrio
Pagando una cantidad puedes probar, y fabricarte tu propia pieza. Nosotros decidimos verlo un poco "desde la barrera". No es una cosa fácil, aunque parezca (cuando lo hacen los expertos) que no es tan complicado.
El operario haciéndose con el tema
La tienda es digna de verse, por la originalidad y cantidad de piezas. No estaba permitido hacer fotos, pero esta se me escapó
Tienda de venta de vidrio típico de Okinawa
Por allí andaban los operarios calentando el vidrio y haciendo sus piezas.
Calentando el vidrio
Pagando una cantidad puedes probar, y fabricarte tu propia pieza. Nosotros decidimos verlo un poco "desde la barrera". No es una cosa fácil, aunque parezca (cuando lo hacen los expertos) que no es tan complicado.
El operario haciéndose con el tema
La tienda es digna de verse, por la originalidad y cantidad de piezas. No estaba permitido hacer fotos, pero esta se me escapó
Tienda de venta de vidrio típico de Okinawa
lunes, 11 de abril de 2011
CEREZOS EN KIYOMIZUDERA
Este año queríamos ir a ver los cerezos floridos en el templo Kiyomizu, en Kyoto. Es un templo de los "imprescindibles" de Kyoto (es Patrimonio de la Humanidad y toda la historia), y aún no habíamos estado ni mi mujer ni yo.
Es uno de los templos famosos por su visita después de atardecer. Normalmente los templos cierran antes de atardecer, pero en algunos disponen una iluminación para poder disfrutar los cerezos también cuando anochece.
La idea inicial era ir el pasado sábado, pero la previsión del tiempo nos hizo adelantarlo al jueves. Hicimos bien, el sábado llovió todo el día. Así que allí nos fuimos, después del trabajo de Hitomi, con lo que llegamos cuando el templo ya estaba echando a los visitantes del turno de día. Un rato más tarde, abrirían de nuevo para la visita nocturna (400 yenes por persona tienen la culpa).
La subida al templo es por unos tramos de escaleras bastante empinaditos, por los que de vez en cuando ya se descuelga algún cerezo.
Subida al templo Kiyomizu
A lo largo de la subida todo son tiendas de recuerdos o productos típicos, y se ven a bastantes mocitas que van a ver las flores de cerezo con sus kimonos.
Chicas en kimono
Cuando llegamos a la entrada, ya estaba cerrado. En cosa así como 40 minutos lo abrían otra vez, pero la gente ya empezaba a arremolinarse por allí, y eso que era un día laborable...
A la espera de la apertura
Mientras esperábamos hice algunas fotos.
Entreteniendo la espera
Y, cuando nos dieron la entrada, pues nada, seguimos a lo mismo.
Las linternas ya estaban encendidas
Las diferentes dependencias del templo están soportadas por pilares de madera de bastante altura
Desde las balaustradas de la parte superior se pueden ver algunos cerezos más
El nombre del templo, Kiyomizu, significa "agua pura". Es ésta, que se supone que tiene propiedades curativas. Después, beberíamos de ella (por si acaso).
La fuente del agua pura
Las vistas se hacían impresionantes a medida que anochecía
Desde la parte de abajo se aprecia mejor la altura de los pilares que soportan parte del templo
Me alegro mucho de haber ido. Realmente es Un templo impresionante, en la época más impresionante.
Un templo impresionante
Os dejo con los enlaces a la página web del templo (en japonés) y a la página en español de la wikipedia.
Es uno de los templos famosos por su visita después de atardecer. Normalmente los templos cierran antes de atardecer, pero en algunos disponen una iluminación para poder disfrutar los cerezos también cuando anochece.
La idea inicial era ir el pasado sábado, pero la previsión del tiempo nos hizo adelantarlo al jueves. Hicimos bien, el sábado llovió todo el día. Así que allí nos fuimos, después del trabajo de Hitomi, con lo que llegamos cuando el templo ya estaba echando a los visitantes del turno de día. Un rato más tarde, abrirían de nuevo para la visita nocturna (400 yenes por persona tienen la culpa).
La subida al templo es por unos tramos de escaleras bastante empinaditos, por los que de vez en cuando ya se descuelga algún cerezo.
Subida al templo Kiyomizu
A lo largo de la subida todo son tiendas de recuerdos o productos típicos, y se ven a bastantes mocitas que van a ver las flores de cerezo con sus kimonos.
Chicas en kimono
Cuando llegamos a la entrada, ya estaba cerrado. En cosa así como 40 minutos lo abrían otra vez, pero la gente ya empezaba a arremolinarse por allí, y eso que era un día laborable...
A la espera de la apertura
Mientras esperábamos hice algunas fotos.
Entreteniendo la espera
Y, cuando nos dieron la entrada, pues nada, seguimos a lo mismo.
Las linternas ya estaban encendidas
Las diferentes dependencias del templo están soportadas por pilares de madera de bastante altura
Desde las balaustradas de la parte superior se pueden ver algunos cerezos más
El nombre del templo, Kiyomizu, significa "agua pura". Es ésta, que se supone que tiene propiedades curativas. Después, beberíamos de ella (por si acaso).
La fuente del agua pura
Las vistas se hacían impresionantes a medida que anochecía
Desde la parte de abajo se aprecia mejor la altura de los pilares que soportan parte del templo
Me alegro mucho de haber ido. Realmente es Un templo impresionante, en la época más impresionante.
Un templo impresionante
Os dejo con los enlaces a la página web del templo (en japonés) y a la página en español de la wikipedia.
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