domingo, 30 de octubre de 2011

ESCAPADA A AWAJISHIMA (VI)

Hace mucho que no escribía en el blog. Si es que soy un dejao... En fin, me había quedado contando acerca de nuestra escapada a Awajishima, que hoy termino. Cerramos el viaje acercándonos a una granja de arándanos. Para llegar hubo que echar un poco de carretera, pero las vistas eran magníficas:



En la granja, y por el precio de la entrada, te puedes comer todos los arándanos que quieras, además de llevarte una tarterita con todos los que te quepan.


Eso si, los tienes que recoger tu mismo de los arbustos.


También tenían tomatitos cherry, que me gustan más que los arándanos. Al marcharte, te mezclaban algunos de los arándanos con un helado muy cremoso y te comías un postre cojonudo. Esta es la secuencia fotográfica del proceso:





Desde la granja de arándanos, se podía ver el puente Onaruto (enlace a la wiki en inglés aquí).


De este puente ya había hablado en una excursión anterior que hicimos a Shikoku.


Es famoso por los grandes remolinos que se forman bajo él, debido al flujo de las mareas en el mar interior de Harima. El agua fluye porque la corriente que rodea la isla tarda más tiempo que la que entra por la parte oeste. El flujo de agua nivela los dos lados del estrecho. La velocidad a la que entra el agua varía entre el centro y las orillas, debido a que las profundidades son distintas. En el centro es del orden de 100 metros. Ojo, que no es que yo sea mu listo, que esto te lo explican en carteles a pie de puente, en varios idiomas.



Los remolinos dependen de las mareas, así que el momento cumbre para verlos va cambiando ligeramente todos los días. Además, dependen del momento en el que está la luna. Se pueden consultar en esta web, en la que aparecen los momentos cumbre de los remolinos con detalle diario. Existe la posibilidad de acercarse a esos grandes remolinos en barco. Muchos turistas lo hacen así.




Nosotros optamos por hacerlo desde el mirador que hay bajo el puente Onaruto, y que se llama Uzu-no-michi.


Hay que pagar 500 yenes, y caminar unos 450 metro por debajo del puente para llegar a un mirador, con el suelo transparente, para ver los remolinos desde unos 45 metros de altura.