En fin. Qué voy a decir: El concierto del pasado domingo en el palacio de los deportes de Madrid cumplió con creces las especativas del fan más exigente (aunque yo no lo sea). Fué mi octavo (creo) concierto de Springsteen, y el quinto con la E Street Band. Que un señor con la edad de mi madre (tres meses más, de hecho) sea capaz de dar estos espectáculos un día sí y otro también (Madrid el 25 de Noviembre, Bilbao al día siguiente) hace pensar que esto de la edad es algo relativo.
Normalmente intento asistir a los conciertos de Springsteen, tanto solo como si viene con cualquier grupo de músicos. Pero cuando aparece con la E street Band, la banda con la que toca, últimamente de forma más intermitente, hace casi 40 años (no todos los integrantes son de aquella época, pero si varios de ellos), entonces la cosa cambia. A mejor, claro. Los discos míticos de este señor fueron con la E Street Band, y también las mejores giras.
Así que, después de 45 minutos de retraso, se puso en marcha la maquinaria y recibimos el regalo de un concierto FANTÁSTICO, con justa mezcla de temas nuevos, del album Magic (2007) con otros antiguos (de entre 1975 a 2006). Algo más de dos horas de concierto (ahí si se nota la edad, la época de las cuatro horas ya pasó) en la que todo el mudo debió marcharse satisfecho.
El concierto, sobre todo al principio, tuvo bastante connotación política. Tanto desde el punto de vista del set list ("No surrender" entre las elegidas) como con los mensajes al público en Español o Inglés (en mi paises las mentiras se convierten en verdad y las verdades se ven como mentiras).
La despedida fue esperanzadora: "nos vemos en verano". ¡¡Habrá que ponerse a ahorrar!!
miércoles, 28 de noviembre de 2007
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