La foto está tomada en las dunas de Tottori, por donde hemos pasado en un viaje de tres días del que acabamos de volver y del que hablaré más adelante.
Se imponía, en fechas tan señaladas, una revisión del tiempo transcurrido, que se puede desplegar en varios apartados:
El idioma
Acabado el primer año de clases, he decidido no continuar. Por varios motivos:
- El método de esnseñanza está pensado para estudiantes chinos (que son el 90% de la clientela). Es normal, y no lo critico, pero no es lo que mejor me viene en este momento
- El año sale por entre cinco y seis mil eurazos: una pasta, y más para no estar completamente satisfecho.
España
- Familia y amigos: internet, a través de Facebook, Skype y este blog, me permite mantener un contacto envidiable, pero no es lo mismo. Sigo echando de menos familia y amigos, especialmente cuando van naciendo niños por ahí. Si me leen las agraciadas familias, que últimamente ha habido un par de ellas, ¡de nuevo enhorabuena!
- La comida, para qué hablar. La japonesa me pirra, pero es que la española...
- El fútbol: en los canales que recibimos en casa no ponen liga española (a veces algún partido atrasadísimo) ni resúmenes (que yo sepa). Además el desfase horario es tal que me pillan los partidos de madrugada, así que ni el carrusel deportivo por internet me hace el apaño. En un año de Mundial, como éste, y en el que además hay posibilidades, no sé que voy a hacer. ¿Y si me voy a España a verlo? Porque mira que si ganamos y no tengo con quién salir a celebrarlo...
La razón por la que vine sigue siendo la razón por la que me quedo: una palmera en medio de un desierto. ¡Así es fácil vivir aquí!.