domingo, 26 de abril de 2009

COMIDA JAPONESA (VI) - FIESTA BIENVENIDA

Después de todo el trajín de kimonos y empresas organizadoras de bodas todavía nos faltaba un último acto para rematar el sábado. Y es que unas amigas de Hitomi nos montaron (en el restaurante propiedad del marido de una de ellas), una cena de bienvenida (aunque haga casi un mes que hemos llegado).

Fué una pena que una de ellas no pudiera venir por un resfriado inoportuno, pero el resto lo pasamos bastante bien (se defendían con el inglés) y la comida estuvo superior, por o cual la entrada ha caído bajo esta sección.

El acto tuvo lugar en el restaurante japonés (un poco obvio, ¿no?) Yoshino. En este caso, en el que hay en la estación de shinkansen (tren bala) de Osaka.



El detalle es que estuvimos en un saloncito privado, ideal para la ocasión:


Empezamos con hotaruica, una especie de chopitos que van cocidos en lugar de fritos. Van acompañados de una salsa de mostaza muy suave. Me qedo con nuestros chopitos, pero estos no estaban nada mal tampoco.


Después seguimos con el sashimi (pescado crudo) que estaba realmente muy bueno. Incluía maguro (atún, mi favorito), tai (besugo), un tipo de langostino que llaman amaebi (gamba dulce) y otro que se llama hamachi, que no he logrado traducir.


Después nos pasamos a una especie de revuelto de setas. Del nombre no estoy seguro, podría ser oyako. En la foto se puede ver que, a pesar de empezar con cerveza, ya nos habíamos pasado al sake. Hablaremos de eso más tarde.



Para no hacerlo más pesado, mencionaré el vacuno,


... la tempura,


... un plato con kuzukiri (una especie de tallarines hechos con una raíz), erizo de mar (la pasta anaranjada que hay encima), y tofu, entre otros,


... y los inevitables arroz blanco y sopa de miso, al final.


El sake, como decía, merece ser comentado aparte. Empezamos la cena con cerveza, y pronto pasamos a beber de unas botellitas de un sake llamado tarusake. Era muy suave, y entraba muy bien


Después, nuestro anfitrión me propuso probar este otro vaso, de un sake llamado koshinocanbai. Parece ser que un vasito como éste lo venden por 1200 yen. Me dijeron que es el equivalente a un Dom Perignon o a un Chateau Laffitte en lo que a sakes se refiere.


Para no tener ni idea de sakes, la verdad es que me gustó bastante más que el anterior. El salto de precio merece la pena. Esta es la pinta de la botella en manos de la camarera que nos atendió:


Y este es un detalle de la botella:


Después probé este, llamado Kubota. Es un sake más barato que el anterior, pero que ha conseguido ser el más vendido en Japón después de muchos años intentándolo:


Y para terminar, una foto de la estantería de sake de estos señores. Habrá que írselo mirando un poco ésto de los sakes, porque debe merecer la pena:

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