De ahí que me echase a la calle, armado de cámara y bicicleta, para hacer unas fotos de los cerezos que hay cerca de casa, en el barrio donde vivo. Ninguno está a más de tres minutos en bici de casa. La idea no fue mala, porque el mismo día hizo un viento que nos dejó a los cerezos un poco más desnudos, hasta el año que viene. El entorno no es lo mismo que Kiyomizu, pero vaya, tampoco está mal...
Un cerezo llorón
Este parque, con un pequeño lago, está al lado de la estación
Otra vista del mismo parque
El mismo parque, una vez más
Lo izquierda es una red que evita que se vayan fuera del colegio las pelotas de béisbol
Este es un parque infantil, distinto del parque con lago que hemos visto antes
Una de las casas del barrio, con un señor cerezo en el jardín
En este estacionamiento ya se amontonaban los pétalos de las flores caídasY con esta entrada parece que nos vamos despidiendo de los cerezos... hasta el año que viene...
1 comentario:
Me encantaron las imágenes..
Gracias.. se antoja dar un paseo
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