Ha habido que usar dos obleas para cada empanadilla, porque son algo pequeñas. De ahí que la forma tal vez despiste un poco. Pero oye, el resultado pintaba delicioso. ¡Y el sabor no desentonaba!

La distancia de familia y amigos es la que me fuerza a "confesar", vía blog, las cosas curiosas con las que me voy encontrando. De cualquier modo, todo el mundo está invitado a leerlo, si lo considera interesante. ¡Pasad y divertíos!
3 comentarios:
Este es mi nene!! Exportando la gastronomía al otro lado del mundo contra viento y marea!!
Me imagino que será casi igual de difícil hacer comida japonesa en España...
Un abrazo para ti y otro para Hitomi!!
Pues no hace mala pinta no!
Que aproveche!
Xavier
Supongo que habrán sido un gran éxito!
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