jueves, 28 de octubre de 2010

MAL TIEMPO

Chico, ha sido celebrar mi cumpleaños y salir en telemadrid y cambiar el tiempo radicalmente. En Madrid estamos acostumbrados a esos cambios tan bruscos que parece que la primavera y el otoño solo están para obligarte a sacar la chaqueta por la mañana para colgártela del brazo a mediodía. En Japón, en cambio, la transición debería (es lo que ocurre normalmente) ser más suave, especialmente cerca del mar (como nosotros) y en las latitudes en las que vivimos.

Pero no, oye, el tiempo ha cambiado de repente y nos ha pillado con los pantalones bajados y, por supuesto, un poquito de cara de tontos. La conversación en todas partes es acerca de lo rápido que ha cambiado el tiempo este año, ya sea en la calle, en la tele, o entre algunos de los españoles que vivimos en Japón y que nos cruzamos mensajes en el twitter o en el facebook.

Todo empezó anteayer, con un viento que parecía el lobo feroz tratando de echar abajo las casas de los tres cerditos, acumulación de ramas por los suelos y algún que otro amago de resfriado, yo incluído, por no llevar la ropa adecuada. En seguida lo atacamos con una medicina que me dió mi mujer y que no se ni lo que lleva (inconvenientes de estar bastante pez con el idioma).

Este tipo de transición tan rápida pone en peligro una de las etapas más admiradas por los japoneses (junto con la flor de cerezo en primavera): el enrojecimiento de las hojas, especialmente de arce. La cosa es que cuando el cambio es gradual (como sucede normalmente) las hojas van enrojeciendo paulatinamente hasta que se caen. Si el cambio de temperatura es muy brusco, las hojas se caen antes, no dejándote disfrutar esa etapa tan espectacular (foto tomada hace un año en Kyoto).


Además, para colmo, parece que se nos acerca un tifón. Ha estado haciendo de las suyas en Okinawa y ahora se dirige hacia aquí (imagen obtenida de esta web).


Por ahora parece que el tifón pasará Kansai de largo por el mar, para tocar Japón a la altura de Tokio, pero también es posible que por el camino cambie de tamaño (para bien o para mal), de velocidad o de dirección. Menos mal que los medios actuales permiten un seguimiento con antelación suficiente para que el riesgo (al menos en zonas urbanas) sea mínimo. Pero es posible que nos pegue un coletazo de lluvias muy serias los próximos días. Veremos qué pasa...

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