sábado, 18 de julio de 2009

COMIDA JAPONESA (VIII) - EL DÍA DE LA ANGUILA

Hoy es 土用の丑の日. El significado de los kanjis, ni idea. Se dice "dooyoonoushinohi". Está relacionado con un periodo de tiempo de unos 18 días que marcan el final de una estación. Yo no lo entiendo, porque el verano está lejos de acabar, pero así me lo transmite mi santa. El caso es que hoy es típico comer anguila (unagi en japonés, うなぎ), así que tós palante a comer anguila como borregos.

Eso si, borregos hay en todas partes, ya que es lo mismo que lo de nuestras uvas de nochevieja. Ahora no hay quien nos las quite, pero en su momento fue un invento de los productores de uvas con excedentes de stock. En todas partes cuecen habas, ¿no?

Como expliqué hace mucho tiempo, cuando lo de venir a Japón era cosa de un par de semanas al año, la anguila tiene fama de ser una comida muy energética. Una especie de red bull, vamos, que da alas. Se supone que con el verano húmedo que corre por estos lares te quedas como aplatanao (eso es cierto), así que con la anguila te vienes arriba como los toros de raza.

Hoy hemos estado de súper, así que hemos comprado anguila. El supermercado estaba para verlo, como intento reproducir a continuación...

... había estantes de anguila ...


... y más estantes ...


... los precios, caros (130 yenes el euro, señora) ...



... había hasta anguilas vivas en un barreño, que no se si se vendían, porque había solo tres. Supongo que eran para "dar ambiente" ...


... también había una hecha con carton pintado y plástico negro (no digo bolsa de basura porque aquí son azules)...


... la cosa es que hemos comprado (¡¡ CLARO !!) y nos la hemos apretado para cenar en forma de unagi-don (don se le pone a todo lo qua va en bol sobre un fondo de arroz blanco). Como la anguila viene preparada, se tiene listo en un pis-pás, está bueno (muy bueno) y te da energía (se supone)...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Anguilas, que buenas!!
Cuando vas a hacer una paella a esos japoneses, para que se enteren de lo vale un arroz?

Jose dijo...

Ánguila, eso faltó... Claro que aquel día lo cambiamos por cenar en el barrio coreano de Osaka, que estuvo de puta madre!