Pues es un buen momento para comentar que se han cumplido tres meses de mi residencia en Japón. Los días van pasando, y con ellos los meses. En los tres que han pasado desde que llegué me he enrutinado un poquito: clases por la mañana y deberes por la tarde. Eso no da para mucho blog, aunque algo se puede hacer. Pero, para colmo, lo que rompió la rutina (boda shinto y visita de los coleguis) no dió mucho tiempo a dar testimonio. Valga esta entrada como punto de control.
Estamos en temporada de lluvias en Japón. Eso no quiere decir que llueva todos los días. Al menos este año no lo hace. Pero cuando se agarra lo hace con ganas, y jarrea de lo lindo. A ratos despeja, hace un sol de justicia (y un calor casi tan húmedo como si estuviese lloviendo) y así un día detrás de otro.
La semana pasada, hice el primer examen gordo en la escuela. Lo que tenemos casi a diario son lo que en mis tiempos se llamaban "controles". Pero lo de la semana pasada era más serio. Hice varios exámenes: de redacción, de japonés hablado, de kanji, de gramática, de comprensión de audio, y de lectura (mi punto más flaco, leo tan despacio que no me da tiempo a acabar los exámenes). El resultado, el aprobado más raspado que se ha visto en la vida: 320 sobre 400 cuando el aprobado se "vendía" a 320. ¡Uf! ¡Por los pelos!
Las conclusiones de un aprobado tan raspado para un estudiante normal de la escuela, podrían ser graves. Solo a partir de 340 puntos te dan permiso para tener un trabajo temporal (para el que te avala la escuela). A mi eso me da igual, lo primero porque no pretendo trabajar de momento, y lo segundo porque mi visa no es de estudiante, por lo que no me tiene que dar permiso nadie para trabajar.
Otras novedades menos placenteras son mis visitas al dentista: bastante bien nos entendemos en inglés, aunque mi vocabulario dental es lamentable. Ahí podría haber un filón de cosas para contar, si no fuese porque prefiero no pensar mucho en el dentista, que es uno de los sitios más desagradables para mí. Baste decir que te descalzas en la entrada, y que te dan unas pantuflillas que te hacen sentir, si cabe, un poco más desprotegido en el sillón de las torturas.
Y con eso vale por hoy. Permanezcan a la escucha, que seguiremos informando...
miércoles, 1 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Felicidades por esos tres meses....no todo el mundo tiene esa capacidad de adaptación que tú estás demostrando y además en unas condiciones tan diferentes a las habituales. Sigue con esos ánimos que eso te ayudará a que sigan cayendo muchos más...
Abrazos para Hitomi y especialmente para tí. Tus primos de Badajoz.
Por favor Guille, dime que el dentista en lugar de usar un punzón uso una Katana!!!
Ahh! y una pregunta, ¿le dijiste eso de "A que no nos vamos a hacer daño...."?
marrvalaa: Gracias prima, seguiremos en la brecha.
gugomu: Yo creo que te dan las chanclillas para que no te puedas escapar corriendo. ¡Las puñeteras resbalan!
Publicar un comentario