La imagen está tomada en la isla de Odaiba (Tokio), y con el trajín no he conservado el nombre del autor o de dónde la saqué. Si algún lector me informa, daré fé.
Me niego a dar cifras de fallecidos, desaparecidos, desplazados, o afectados. Cambian a cada rato y tardarán en estabilizar. Hay otros sitios donde ver esas cosas. Yo contaré como lo viví y lo estoy viviendo. Y baste con eso. Empecemos con la secuencia de los hechos:
- El terremoto fue en el mar, unos 400 Km al noreste de Tokio, y fue de los gordos de verdad. Se sintió muy fuerte en el Norte de Japón. En Tokio algo menos; aunque hubo escenas de pánico, y algunos fallecidos, no fue excesivamente grave (para lo que podría haber sido de haber pasado en otra parte), ya que parece que Tokio es antisísmico. Al menos hasta esos niveles.
- El problema es que después vino un tsunami, esto es, una ola muy gorda, con mucha fuerza, que se ha llevado por delante casas, coches, aeropuertos, barcos, trenes, contenedores, y sobre todo gente, mucha gente. Eso ha sido también en el Norte, por encima de Tokio, y está siendo espeluznante.
- Además, ese tsunami afectó (está afectando) a dos centrales nucleres, cada una con varios reactores, poniendo a la zona en alerta.
¿Y cómo estamos?-Pues sobrecogidos por las imágenes de la televisión y (por lo menos yo) un poco indignado con el trato que le está siendo dando a esto por parte de los medios españoles: he leido que los trenes de todo el país estaban parados, que en Tokio no había comida, que había habido explosiones nucleares, toda una suerte de barbaridades que sirven para intranquilizar a la gente en España sobre nuestra suerte.
Siguiendo a españoles en Tokio (donde hay unos cuantos) vía twitter y blogs, descubro que los japoneses tienen rasgos en común con los chilenos, y me recuerda cuando viví allí y soporte algún que otro temblor (ellos solo le llaman terremoto cuando es muy fuerte) . Mientras a mi se me ponían los pelos de punta (al principio) y miraba de un lado a otro buscando alguna clase de empatía en la gente, ellos estaban tan panchos. El más fuerte lo pasé en casa y no pude ver la cara a nadie, pero vaya, mi apartamente estaba en una planta 15, y se movió de verdad durante un buen rato. Se ve que la indiferencia a ciertos temblores de poca entidad la da la experiencia.
En Kobe, sabiendo que hubo uno gordo hace 16 años (con miles de fallecidos), no hay apenas actividad sísmica. En dos años viviendo aquí solo hemos tenido un temblor, un poco brusco pero muy, muy cortito, de un segundo. La cosa es que enfrente de Kobe, en el mar, se nos juntan dos placas tectónicas. Al norte de Tokio, donde ha habido el problema esta vez, se les juntan cuatro. La zona es de una actividad muy, muy alta, y por eso (y porque hay dinero) los edificios son antisísmicos y funcionan muy, muy bien.
Los tsunamis son otra cosa. Lo primero, porque tenemos la ridícula idea de que el agua es menos peligrosa que un terremoto, cuando realmente es al contrario. Cuando llega un tsunami se peca de exceso de vista (bah, no creo que llegue hasta aquí) e incluso de irresponsabilidad (¡vamos a verlo!). De los que corrieron mucho y bien, están muchos a salvo. De los que se quedaron, apenas unos pocos. Si estabas fuera de casa (por ejemplo en un barco, o en un tren), estabas bien pero que bien jodido. El agua entró varios kilómetros costa adentro y ha arrasado pueblos enteros.
Lo de las nucleares tembién es preocupante. Ojo, que la palabra es preocupante, pero no más, o al menos para mi, que vivo a una distancia prudente. En mi opinión, se han comportado mejor de lo esperado, ya que no se diseñaron para resistir estos inconvenientes. Cuando se habla de explosiones nucleares se comete un error. Aunque sean en una central nuclear, lo que explota no es material radiactivo, aunque existe un riesgo de que se esparza la porquería si los contenedores, que están diseñados para aguantarlo, se rompen. Para llegar a tener un Chernobyl en Fukushima habría que tener una central diferente (allí no había contenedor de seguridad) y un mal procedimiento de operación (que aquí parece que no se está dando). A pesar de todo, la situación es preocupante, y alarmante para los que viven cerca.
Así que nada, aquí paso los días, procurando mantenerme informado, tranquilizando a familiares y amigos por facebook, aumentando el número de seguidores en twitter (creo que se han triplicado en cuatro días, lo que no era difícil porque a mi no me seguía ni mi sombra) . Por otro lado, dada mi situación de desempleo, me planteo ir a echar una mano cuando empiecen a aceptar voluntarios. Algo habrá que hacer por esa gente, ¿no?
5 comentarios:
El viernes fui derecha al blog y, en tu última entrada, puse un comentario expresando buenos deseos.
Hablando con Pablo he sabido que estáis bien y, mirando el mapa, he localizado Kobe para notar que está lejos del lugar afectado en inicio.
La verdad es que sobrecoge ver las noticias y parece admirable la serenidad con la que las personas afrontan la desgracia (seguro que no siempre y en todos los casos, pero llama la atención).
Explicas muy bien cómo lo habéis vivido y espero que cese la amenaza y Japón se pueda dedicar a tirar hacia adelante.
Dice bueno de ti que estés dispuesto a ayudar.
Un abrazo.
animo y suerte a japon
Lo de los medios de comunicación no tiene excusa... Somos unos borregos y creo que muchos de los que publican noticias hablan de oidas, de oidas, de oidas... El teléfono escacharrado en todo su explendor.
Ánimo a todos de nuestra parte!!
ya echaba de menos que pusieras algo en el blog
me alegro estés dispuesto a ayudar .
Las noticias han sido de lo peor no cabe duda!
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