miércoles, 20 de febrero de 2008

LOS ANDES (I) - CERRO MORADO

Aquí a Los Andes se les llama simplemente "la Cordillera". Y a las montañas, por altas que sean, se les llama cerros. Hace un par de semanas hicimos un día de excursión a "la Cordillera". Allí ascendimos a la antesala del "Cerro Morado". No hicimos cumbre, claro. Se puede comprobar en este enlace que el "cerro" no es ninguna tontería.

La salida desde Santiago fué a eso de las ocho de la mañana. Alquilamos un 4x4 (ya que el camino es malo), y otro de los asisente, muy aficinado, trajo su camioneta preparada para estos menesteres. Fuero tres horas entre carretera regular, camino entre piedra y polvo, y pista montañera llena de piedras hasta donde dejamos los coches.

La montaña en cuestión , vista desde donde echamos a andar, es la cumbre nevada que aparece al fondo de la foto, como señalada por las nubes.


Nosotros subimos hasta la base del cerro (tres horas de trekking para subir, una para bajar), donde hay una laguna donde va a desembocar un glaciar. A partir de ahí quedarían como unas cinco horas a la cumbre, y es necesario hacer escalada (mixta por piedra y hielo) y no solo trekking como hicimos nosotros. El paraje era impresionante, en cuanto a vista y en cuanto a la quietud y silencio que imperaba en el ambiente. Eso si, ni un solo árbol.

Esto que se ve es lo que íbamos dejando a la espalda mientras subíamos, y hay qe imaginarlo con un silencio muy intenso, solo roto por el torrente (procedente del deshielo del glaciar) corriendo por el vértice del valle entre las montañas.


Este era un torrente que tuvimos que cruzar varias veces para ascender, ya que el camino de subida iba y venía sobre él. Era rápido y frío, y siempre encontrábamos paso para no mojarnoe demasiado los pies.

Y éste es el glaciar y su laguna, cuyo color es muy terroso porque en estas montañas corre mucho el viento, arrastrando tierra y polvo a la laguna, lo que le da un color terroso.


En el camino de vuelta, paramos a comer unas empanaditas de pino, que saben a gloria después del duro (para los no acostumbrados, como yo) día de pateo. No será la última vez que suba a estas montañas, ya que hay alguna otra excursión en preparación.

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