Parece que agosto no es la mejor época para visitar Maldivas (diciembre y enero son los mejores meses). Lo que sucede es que es un lugar tan impresionante que hasta en mala época te parece espectacular, y la idea de conformarte a ti mismo te hace ver ciertos inconvenientes como ventajas. Lo voy contando poco a poco.
Para llegar a Maldivas utilizamos Malasyan Airlines. Muy contentos con la calidad del avión y el servicio. las azafatas van en traje típico Malayo (ver enlace) y no escatiman en almuerzo o bebidas como hacen otras compañías. Hicimos escala en Kuala Lumpur (un aeropuerto muy majo), donde se llega desde Osaka en unas 6 horas, y desde allí a Male (capital de Maldivas) en otro vuelo de unas tres horas y media.
Una vez en Male nos recoge la gente del Resort en una motora, y nos planta en el hotel en unos 25 minutos "expresos" de pantocazos contra el mar a toda pastilla. Cuando llegamos es de noche, no nos hacemos una idea clara de cómo es la isla, pero nos acomodamos en nuestro Beach Bungalow, justo al lado de donde se hospeda una pareja de japoneses, Hiroki y Bochan, con su hija Yuna. Bochan es amiga de Hitomi de sus tiempos de instituto, y viven en Bankok (Tailandia) debido al trabajo de Hiroki. Con ellos pasamos los primeros tres días. Fue una suerte tenerlos allí con nosotros, porque meteorológicamente hablando, fueron los peores. Llovió a diario, a veces bastante, pero la temperatura ambiente es tan buena, y la del agua también (como 25º o así) que hasta chispeando te metías a bucear entre corales y pececillos.
Esta es una foto del Beach Bungalow:
Las pegas del Bungalow éste: nos lo dieron en el extremo de la laguna coralina , donde había más cantidad de corales petrificados, y era casi imposible entrar al agua a pie desnudo. Además, medio baño estaba a cielo abierto y con las lluvias, la bañera se resentía. En cuanto a la ducha, no sabías si te mojaba más el agua del grifo o la de la ducha. Lo que en temporada buena puede ser darse un baño (o ducha) bajo las estrellas, lloviendo perdía parte del glamour. En cualquier caso mucho encanto, techos de madera (alísimos) y hoja de palmera, cama king size, y buffet de desayuno, comida y cena. Íbamos en "todo incluido" así que si llovía te tomabas unas birras y a pasar el chaparrón.
Pruebas del tiempo que nos hizo hay unas cuantas. La primera, lo más parecido a un atardecer que pudimos capturar con la cámara:
La segunda, las nubes que había, incluso en los ratos "buenos"
O esta, donde se ve el resort de enfrente (otra isla).
Para despedir a nuestros amigos, nos hizo un tercer día bastante bueno. Tiramos de cámara sumergible y pasamos un día de snorkelling (buceo con gafas y tubo) para enmarcar. Lo de la cámara es un puntazo. No sale cara y te asegura hacer fotos como éstas:
En la cuarta noche nos trasladamos a una suite "sobre el agua". Es un alojamiento bastante más caro, pero con dormitorio y salón independientes, terraza de madera con escalerilla hasta el agua, jacuzzi y toda la película. En vista general:
En detalle:
Una vista del salón:
Otra de la terraza desde dentro de la habitación (el circulo verde es una pegatina en el cristal, ni el sol ni la luna de Maldivas llegan a ser tan raros). Como puede verse, aprovechábamos los ratos de lluvia para hacer fotos...
Y dos fotos más del dormitorio, con la filigrana de sábana y flores que nos hicieron en la cama (al fin y al cabo, esto era una luna de miel, aunque un poco tardía...)
En los tres días siguientes a la marcha de nuestros amigos el tiempo se arregló un poquillo (sin pasarse). De hecho, un día nos pusimos protector solar y todo. La cosa es que llover seguía lloviendo, pero por la tarde-noche, respetando un poco las mañanas. Como comentaba, todo tiene sus ventajas. En ausencia de sol, ni te quemas ni te embadurnas de grasa para protegerte. Por otro lado, la temperatura (ambiente y del agua) era muy buena, llegando a bañarnos mientras llovía. Y por otro lado, la máxima "masificación" a la que llegábamos era la que muestra la imagen siguiente:
Y, como me está quedando un poco largo, me reservo alguna cosa más para alguna que otra entrada posterior. Solo comentar que la vuelta fue horrorosa. La combinación era infame, ya que para volver el avión para en Colombo (Sri Lanka), con lo que te pones en Kuala Lumpur en siete horas. Además, nos esperaban quince horas de espera en dicho aeropuerto, que resolvimos alquilando una habitación en un hotel que hay en la misma terminal para hacerlo más llevadero.
domingo, 23 de agosto de 2009
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1 comentario:
Jo, macho, qué mala suerte de tiempo. Eso con sol tiene que ser espectacular.
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