Después de un poco de patinaje sobre hielo con coche (el único daño reseñable ha sido el que me han hecho las pelotas al subir y bajar por la garganta varias veces en pocos minutos), conseguimos llegar al hotel/restaurante a hacer la prueba. Todo fue muy bien, dejamos el tema un poquito más atado (el momento se acerca...) y luego para volver lo pasamos de nuevo un poco mal hasta salir a una carretera un poco más rodada.
De hecho, tuvimos que salir en dirección contraria, porque la buena era un poco empinada y el coche no quería subir. Estaría cansado, el pobre...
