martes, 31 de enero de 2012

JET LAG

Estoy con un jet lag que me tiene dao la vuelta como un calcetín. Llegué a Japón el viernes por la mañana. A pesar de que ese día hice lo recomendado por 9 de cada 10 dentistas (dormir a la hora japonesa aunque te mueras de sueño todo el día), hoy martes sigo estando fastidiado.


Anoche me acosté a las 9pm, porque estaba reventado (haber vuelto a ir a la piscina y hacerme 2km puede tener algo que ver, a mis años). Pues bien, a pesar de estar más acabado que el negrito del cola-cao, antes de las 3am ya tenía los ojos abiertos como un búho que se fijase mucho.

La cosa es que cuando no tengo jet lag puedo dormir las horas que hagan falta. Después de despertarme y hacer un pis, puedo volver a la piltra y dormirme sin problemas. Pero chico, con el jet lag o te levantas o no te quedas tranquilo.

En fin, con los días irá pasando...

viernes, 27 de enero de 2012

VUELTA A CASA

Hoy he vuelto a casa después de un poquito más de un mes de ausencia. Después de pasar un par de días en Paris, unos cuantos más en Madrid, otros diez en Brasil (Sao Paulo, Iguazú, Río, Búzios) incluyendo un cruce de frontera a Argentina y una vuelta a Madrid a poner amistades al día hasta vete a saber cuándo.

A ver si voy enseñando alguna foto de alguno de estos sitios, pero hoy prefería contar cómo ha sido el desembarco con pocas palabras:
  • Vuelta a casa conduciendo. Parece que estoy más hecho a conducir aquí que en el mundo de los coches por la derecha.
  • Comida Tailendesa a domicilio. He llegado demasiado pronto como para ir del aeropuerto directamente a comer. Después, sacarme de sería imposible.
  • Deshacer maleta y poner lavadora. O lo haces en el momento o estás perdido. El jamón y el lomo han pasado sin novedad, aunque cuando los perros antidroga olfateaban la maleta he tenido un momento de tembleque...
  • Supersiesta espectacular. Por la noche no dormiré, parece.
  • Añoraba el MacBook Air de mi señora y la tapa calefactada del baño. Pero sobre todo, sobre todo, la hora del baño. Ahí si que los japoneses nos llevan ventaja. Que bien se acostumbra uno a lo bueno.